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Burgués, Hermann Hesse, Lobo Estepario, Los Miserables, lucha de clases, Victor Hugo, Wurtemberg
A veces, solo por temporadas cuando otras ocupaciones de construcción y labor se apoderan de las horas, extrañas con nostalgia retirarte a ese rincón del hogar donde el sillón más cómodo y el mágico libro te esperan, para tornar de gris el entorno y un colorido sin fin la imaginación. Evidente es que cuando te tropiezas con una joya de la literatura, este sentimiento desaparece para dejar en su lugar una satisfacción que solo las letras pueden legar. Es así como hurgando entre estantes y hojas descoloridas en ese pequeño mercado de sueños me topo con esta obra «Solo Para Locos», del gran Hermann hesse [1] (Premio nobel de literatura, recibido en 1946 en reconocimiento a su trayectoria).
Hermann Hesse, nació en Calw, pequeña ciudad de Wurtemberg, el día 2 de Julio de 1877, desde temprana edad manifiesta un interés por la escritura y su apego por la música, lo que le confieren un dicótoma más que prolijo, de obras sin igual, esta relación disciplinaria se hace evidente en otra de sus obras Gertrude, en fin un autor sin perdidas y genialidad llena ora de simplezas ora de la complejidad misma de las palabras.
Pero ya basta que en mi narrativa errante y traviesa trate de describir la genialidad soñada y demos paso a que por si sola describa la grandeza del personaje que hoy desde este humilde Blog recomendamos a ojos vendados y que debe ser parada obligada de quienes disfrutan de las páginas envejecidas y la tinta tipografiada sobre las mismas. Extraemos entonces una descripción que hace desde «Lobo Estepario» a lo Burgués, un extracto sin perdidas y digno de reflexionar:
«Lo «Burgués», pues, como un estado siempre latente de lo humano, no es más que el ensayo de una compesación, que el afán de un termino medio de avenencia entre los numerosos extremos y dilemas contrapuestos de la conducta humana…», aquí Hermann nos introduce en un dilema de la lucha de clases en la Europa de su época pero su genialidad crea la dicotomía entre la santidad y el libertinaje, de como cada uno se manifiesta y de como la burguesía es cómoda en un sitio intermedio por lo que continua: «… El hombre tiene la facultad de entregarse por entero a lo espiritual, el intento de aproximación a lo divino, al ideal de los santos. Tiene también, por el contrario, la facultad de entregarse por completo a la vida del instinto, a los apetitos sensuales y de dirigir todo su afán a la obtención de placeres del momento. Uno de los caminos acaba en el santo, en el mártir de espíritu, en la propia renunciación y sacrificio por amor a Dios. El otro camino acaba en el libertino, en el mártir de los instintos, en el propio sacrificio en aras de la descomposición y el aniquilamiento…. « de esta manera deja Hesse establecida la dualidad entre el mártir de espíritu y el de los instintos, luego expone la acomodaticia burguesa en esta composición social: «… Ahora bien, el burgués trata de vivir en un termino medio confortable entre ambas sendas. Nunca habrá de sacrificarse o de entregarse a la embriaguez ni al ascetismo, nunca será martir ni consentirá en su aniquilamiento. Al contrario, su ideal no es sacrificio, sino conservación del yo, su afán no se dirige ni a la santidad ni a lo contrario; la incondicionalidad le es insoportable; si quiere servir a Dios, pero también a los placeres del mundo; si quiere ser virtuoso, pero al mismo tiempo pasarlo en la tierra un poquito bien y con comodidad. En resumen, trata de colarse en el centro, entre los extremos, en una zona templada y agradable, sin violentas tempestades ni tormentas…», continua más adelante: «… El burgues no estima a nada tanto como al yo… El burgués es consiguientente y por naturaleza nunca criatura de débil impulso vital, miedoso, temiendo la entrega de si mismo, fácil de gobernar. Por eso ha sustituido el poder por el régimen de mayorías, la fuerza por la ley, la responsabilidad por el sistema de votación».
Es evidente en estos retazos de su novela la connotación histórica, claridad y exposición de la realidad de la lucha de clases, la Geo-política, que impregna en la obra, lo que a ratos me recuerda al gran Victor Hugo y sus Miserables. Luego demuestra su talento poético con el poema del Lobo Estepario:
Yo voy, lobo estepario, trotando
por el mundo de nieve cubierto
del abedul sale un cuervo volando
y no cruzan ni liebres ni corzas el campo desierto.
Me enamora una corza ligera
en el mundo no hay nada tan lindo y hermoso
con mis dientes y zarpas de fiera
destrozara su cuepo sabroso.
Y volviera mi afán a mi amada,
en sus muslos mordiendo la carne blanquísima
y saciando mi sed en su sangre por mí derramada,
para aullar luego solo en la noche tristísima.
Una liebre bastara también a mi anhelo,
dulce sabe su carne en la noche callada y oscura.
¡Ay! ¿Por qué me abandona el letal desconsuelo?
de la vida la parte más noble y más pura?
Vetas grises adquiera mi rabo peludo;
voy perdiendo la vista, me atacan las fiebres;
hace tiempo que estoy sin hogar y viudo
y que troto y que sueño con corzas y liebres.
Que mi triste destino me ahuyenta y espanta.
Oigo al aire soplar en la noche de invierno,
hundo en nieve mi ardiente garganta,
y así voy llevando mi mísera alma al infierno.
Sin más más preámbulos le invitamos a sumergirse en las páginas de este gran escritor a disfrutar de sus líricas y retomamos la sección Libros de este Blog esperamos por tus comentarios al respecto. Dejamos el poema versionado en canción por el grupo El Ultimo Ke Zierre de España.
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Hermann_Hesse
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Los_miserables