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DE CARACAS A GALIPAN
Llegar a la ruinas de la hacienda bella vista en el Picacho de Galipan, por el antiguo paso de los españoles es toda una aventura de turismo-histórico que nos traslada a lo que denominamos el castillo de los horrores en Venezuela, es en ese lugar donde por los hechos acaecidos se han tejido un sin número de historias, mitos y fantasmas; pero su realidad es otra que solo podemos desentrañar en su totalidad una vez vivida la experiencia de la expedición por más eco-turistica, botánica y arqueológica, una experiencia sin igual que demanda una abstracción en el tiempo para recorrer los senderos y vivir la angustia de los lugareños de aquel entonces, caminos llenos de misterios y sombras que ascienden por el lecho montañoso mostrándonos el por que de la denominación de la hacienda “Bella Vista”, con paisajes a la hoy urbe de La Guaira y la inmensidad del Mar Caribe.
El equipo de Historia Blogueada conformado por: Ezequiel Goméz, Wendy Ulacio y Jorge Escalona, se traslada a las ruinas mismas del dr. Gottfried August Knoche, el musíu de las momias [1], y es la aventura que relataremos hoy en nuestro blog, permítanos entonces llevarles de la mano por la leyenda del horror venezolano, donde el clima de montaña, las momias y el tétrico mausoleo olvidado nos permite viajar en el tiempo y sentir en nuestras mochilas y zapatos los tortuosos senderos de la leyenda.
Salimos el domingo 22 de Agosto, desde la estación del metro de bellas artes en Caracas, solo a media cuadra se toman las camioneticas de transporte público que te dejan en la del teleférico del Waraira Repano [2], una vez allí y tras una espera no muy letargada, abordamos el funicular panorámico que nos eleva sobre la capital venezolana en un recorrido por más divertido y desde donde se puede apreciar, el desaparecer del concreto y el dominio de la naturaleza, en una catarsis de emociones, que desde siempre nos conecta con la pachamama [3], es como volver a la tierra húmeda de los bosques quiméricos de la infancia, nuestras mentes se despegan de lo cotidiano y vuelven a sentir la emoción temprana de caminar descalzos, el fin del trayecto es marcado por la presencia del imponente Hotel humbolt [4].
Una vez allí es gratificante el recibimiento de la niebla espesa y el aire frío el correteo de los niños bien abrigados y sonrientes, los dulces en carretas, el chocolate hirviente, la cultura desbordante de un mimo, del pintor, del poeta, el abrazo de la montaña que de manera maternal y nostálgica nos abraza para recordar que de aquí en adelante se detiene el tiempo, para advertirnos de que hasta allí no debe seguir el detestable afán de progreso y que desde ahora retornamos a los dominios de lo natural de donde nunca debimos haber huido.
Desde allí nos embarcamos en unos carros rústicos que van hasta el pueblito de Galipan [5], por una ruta de cemento que tal cual víbora zigzaguea montaña abajo con la habilidad de sus conductores, en medio de una tupida vegetación que contrasta verde con el gris de la calzada, es un agradable paseo de unos veinte minutos, en los cuales es bueno sujetarse bien y respirar profundamente el aire fresco de la cordillera litoralense. Justamente es aquí donde la mente comienza un viaje al pasado por el viejo camino de los españoles (1589) [6], el cual fue construido siguiendo el sendero indígena llamado “la culebrilla”, en un trance onírico revives los andares ancestrales de nuestros originarios y la pisada cruel de los usurpadores.
Llegar a Galipan nos arrebata el viaje del imaginario, nos siembra en una zona poblada en medio del parque nacional, una callejuela principal llena de transporte que va y viene desde y hacia el teleférico, allá en la cima y hacia la guaira en las faldas del macizo, esta esta llena de sitios que embrujan al turista con degustaciones y sabores de los cuatro puntos de toda Venezuela, así entre vinos y cocuy [7], entre dulces y variados asados, pasan el día los foráneos comprando recuerdos de la más frondosa colección artesanal, flores y paseos en potros locales.
Desde allí necesario es tomar un nuevo colectivo de los que transportan pasajeros hasta la Guaira [8], el mismo sigue camino abajo rumbo al mar Caribe es necesario estar atentos para bajar en el caserío de San Jose De Galipan [9], allí una pequeña plaza Bolívar de escasos 10 x 12 mtrs devela el busto del epónimo tal guardián del caserío testigo de las tertulias paisanas y saraos amistosos en la cancha de bolas [10] del lugar, recinto de la pulpería, refresquería de ese escondido lugar. Un manto de misterio se apodera de los pensamientos al ver los escarpados morros y nos hace preguntarnos cual será el próximo paso en la tupida montaña teñida de un verde profundo tan obscuro como sus enterrados recuerdos.
No nos queda de otra que preparar una aplicación de GPS en el dispositivo android, el cual nos muestra un escondido sendero, y preguntar a un lugareño quien desde sus predios nos indica en voz alta:
«Saludos, van donde el dr. ¿Por lo de las Momias verdad? …..”,
«Si cumpa ese es nuestro propósito, ¿Cuan lejos estamos del sitio?”
Pues, si van a pie y es primera vez que suben, Están lejos, eso es el picacho, Uds ven ese arbolito que se ve allá….”, Señalo un árbol en alguna parte del cerro entre miles otros, “Pues de allí deben rodear la montaña y luego seguir el sendero por hay van preguntando pero son como 2 horas de camino”
De allí seguimos derecho por una empinada cuesta que agota las piernas y acelera el ritmo cardíaco de los más dotados deportistas, nosotros que no los somos nos toco sudar la gota unos 300 metros de esfuerzo seguido, allá arriba solo dos casitas, cuatro perros ladrando a nuestro talones y un respirar seguido de cansancio evidente, una señora lavaba la losa mientras reprendía a los animales e indicaba a los cuatro niños que revoloteaban sus faldas que se calmasen, nos impera:
“Donde van por hay… Seguro donde las momias, hace tiempo que nadie se acerca por aquí”
“Si Señora, ¿Estamos Muy Lejos?”
“Bueno lejos no si perdidos, la cosa es por aquí, si quieren pasan por detrás de mi casa, por donde van se cayeron unos palos y no hay paso. Pasen por aquí.”
Allí nos encontramos un aviso hecho en madera con unos cuantos años de antigüedad mostrado en su podridas maderas:
“P.N. Waraira Repano, Plan de la alpargata 874mts, Parque museo Dr. Knoch 2024, Inparques fundaknoch, cuida tu ambiente.”
No es necesario ser Ingeniero para saber que aún faltan 1150 metros de subida por un sendero angosto lleno de relatos, misterios e historia, así mismo aquí comienza nuestro ascenso pedestre nuestro comulgar con la naturaleza, nuestro pacto con los dioses antiguos, y el escalofriante descubrir de los pasos del Dr y sus ayudantes arrastrando cadáveres a lo alto desde la morgue de la Guaira, ¿Cuantas mulas?, ¿Cuantos brazos, rodaron sendero abajo?, ¿que hemos de encontrar?, es parte de esta fascinante aventura y de este relato de Horror enclavado en la memoria de quienes aún habitan cerca del lugar.
EN EL SENDERO RUMBO A BUENA VISTA
La ruta pedestre se hace por senderos empinados y terrosos a veces hasta claustrofóbicos por su estreches a veces amplios y coloridos por la botánica subyacente, por momentos polvoriento y otras tantas sobre un manto de hojas secas, la naturaleza se adueña con omnipresencia impecable en matices diversos un recorrido sin perdidas llena de rincones fabulosos y extenuante andar.
Luego de una hora de camino empinado se llega a la mata de mango (así nombrado por los lugareños el árbol de exóticos frutos tropicales la Magnifera Indica [11] ), es al pie de ese claro donde descubrimos a nuestro primer anfitrión “Benancio”, entre la tierra surge un sarcófago contentivo de los despojos del ayudante del Dr. Gottfried, como advirtiendo que estamos profanando el alejado lugar perdido en el tiempo y en la historia, como testigo de los que por aquí transitan saciando la curiosidad y es nuestro deber detenernos a rememorar y solicitar su anuencia en la prosecución a nuestro destino.
Luego de un trayecto plano de no más de 300mts, vuelve la subida vigorosa está vez la vegetación se hace más tupida pero la vista se hace alegre, al poder divisar desde esa altura el imponente Mar Caribe, la desde aquí, pequeña ciudad costera de La Guaira y el aeropuerto de Maiquetía, nos devuelven por un momento al siglo XXI lo que nos hace pensar que tan solo por lo ya visto y disfrutado, vale la pena el trayecto, variedad de flora y de fauna, de historia y de mitos, de espacios y el tiempo.
Hora y media o más en el camino que por escabroso e inclinado llena de sudor las frentes y sienes, de pronto vez los cascos de la mula cuesta arriba, si la misma desde la que rodo una cabeza hasta la Guaira y es que así benancio subía los cadáveres desde la Morgue del Hospital San Juan De Dios (tal cual reza la canción de Gillman [12] “Dr Knoche” [13]), estos serían tratados por el Musiú de las momias [14], el cansancio, el silencio y la montaña se apoderan de los sentidos y es hasta extaciantes dejar volar nuestros recuerdos hasta los años 1854 – 1856, para entonces esta zona no era tan inhóspita ya hoy sus empedradas veredas son ruinas, imaginamos entonces que por eso el Dr. escoge estos parajes alejados de la vista de curiosos, donde poner en práctica sus para entonces macabros actos científicos.
LLEGANDO AL MAUSOLEO
Entre la maleza y sobre la roca luego de un claro hondo se dibuja la piedra de los muros entre los cuales habitan como testigos necrofílos los sarcófagos a resguardo de la familia Knoch, aun nos falta franquear una hondonada y pasos escabrosos entre el monte y la zarza, para ser recibidos por un busto conmemorativo, cuya placa reza: “Dr. GOTTFRIED KNOCH 1813-1901”, Cara aguileña de frente pronunciada y profunda mirada, el Frankestein Germano-Venezolano, Guardián de estos parajes ilustre científico de su época.
Esculpido en piedra las escalinatas conducen a la entrada de la cripta donde descansan las lápidas descoloridas que contienen los restos de la familia, lugar solitario y de aire encantado, sobre el que otra placa indica: “En Memoria del: Dr. Gottfried Knoch 1813-1901 Fundación Knoch Prof. Jesus Burgos La Guaira 2009 ”, una plazoleta con asientos en rocas dan una esplendida mirada al horizonte dominado por el Mar, otras escaleras esta vez más estrechas conducen al techo de la tumba, desde donde el mirador es más certero. Más abajo una cruz con rosario montado y que data de 1886, es momento crucial de explorar sus rincones, retomar aliento, rememorar escenas y de alimentarnos un poco para retomar el aliento.
LA CASA Y EL LABORATORIO
200 Mts más abajo siguiendo un serpenteante sendero se erige aún el indicio de un muro corroído por Natura sobre el cual corona una forma espírica a manera de escudo familiar, que denota el inicio de la mansión, es aquí donde nuestro personaje escoge edificar su morada, es aquí donde junto a unos pocos consanguíneos y criados decide pasar el resto de sus días y al contemplar el entorno podemos entender el por que denominar este lugar como “Hacienda Buena Vista”.
Un breve recorrido y bajo las explicaciones de nuestra Ing. Civil Ulacio, podemos comprender la complejidad de esta arquitectura, con anchos muros de piedra de no menos de 1,5 Mts de espesor y a veces paredes talladas sobre la roca madre de la montaña, sobre el suelo aún se puede desdibujar el plano de la plaza central del lugar, un poco más adelante e incrustado entre muros y montaña llegamos a lo que denominamos: “El Laboratorio”, es en este lugar, son estos muros los que guardan aún los lamentos fantasmagóricos de sus huéspedes fríos.
Sorprende más aún la fuente de agua del complejo, una piscina en piedra con aliviaderos que se alimenta directamente de un hoyo de la montaña, hoy seco pero que sin dudas para entonces emanaba un manantial de agua viva que mantenía un flujo constante de agua fresca y cristalina, luego y aún se levantan del suelo dos pilares en roca tallados los cuales sin dudas formaban parte de un balcón mirador, donde sin duda Gottfried meditabundo fumaba su pipa con perdida mirada en breves momentos de reflexión para preguntarse sobre la eternidad, para preguntarse de sus muertos, para interpelarse en sus miedos.
Un árbol reclama entonces lo usurpado y bajo sus raíces devora la piedra, es como si el tiempo y la naturaleza nos enviase un proverbio, un alerta, una advertencia, los dominios del hombre y la ciencia por más que abarquen los espacios estos finalmente retornaran a la tierra, los horrores aquí vividos desembocan en historias de caminos, mitos y leyendas, es hora de emprender el retorno ya la tarde reclama a la noche su paso y un montón de nubes grises promete no hacer fácil nuestro retorno.
Sendero abajo, montaña abajo, nos despedimos de Benancio, de las ruinas y el mausoleo, corremos en paso apurado temiendo la tormenta, y una niebla espesa se apodera de las alturas pero bajando rauda promete abrazarnos antes de llegar a destino, es así como casi patinamos sobre la tierra tal deporte extremo pero divertido, extrañados nos sorprende casi al final del camino una pareja en ascenso, osados púberes o espectros del camino, es tarde para averiguarlo. Seguimos bajando cual alma que lleva el diablo para finalmente divisar el techo de las casas, la empinada vereda y finalmente la plazoleta de San José De Galipan, abrazada por la espesa niebla de la noche y lúgubre frío de estos lares.
FIN.
Enlaces de Interés:
[1] http://www.historiaesc.wordpress.com/2013/11/03/el-musiu-de-las-momias/
[2] http://www.mintur.gob.ve/mintur/ventel/
[3] http://es.wikipedia.org/wiki/Pachamama
[4] http://es.wikipedia.org/wiki/Hotel_Humboldt
[5] http://www.venezuelatuya.com/caracas/galipan.htm
[6] http://es.wikipedia.org/wiki/Camino_de_los_Espa%C3%B1oles_(Caracas)
[7] http://es.wikipedia.org/wiki/Agave_cocui
[8] http://es.wikipedia.org/wiki/La_Guaira
[9]
[10] http://es.wikipedia.org/wiki/Bolas_criollas
[11] http://es.wikipedia.org/wiki/Mangifera_indica
[12] http://paulgillman.com/
[13] https://www.youtube.com/watch?v=7bHNsN47zeE
[14] https://historiaesc.wordpress.com/2013/11/03/el-musiu-de-las-momias/